domingo, 3 de agosto de 2008

La carta



Todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolio y, antes de comenzar la tarea diaria, escribo una línea en la larga carta donde, desde hace catorce años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio.

Luis Mateo Díez

18 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Una genialidad brevísima. Doble mérito.

Raúl dijo...

Copio extracto de un desus obras;
MI hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en su interior. "Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje".
"El Pozo" 1993.

Soberbio, ¿no?

Anónimo dijo...

Qué bueno...

malditas musas dijo...

Excelente. Para qué más palabras en este sucumbir irremediable.

besos
musa

Carlos Frontera dijo...

Me ocurre algo curioso con este autor: ya conocía el micro que has rescatado (magnífico, por cierto), también el que ha copiado Raúl y algún otro, leídos en diversas recopilaciones de microrrelatos; y esas lecturas me han convencido de la calidad del autor.
Sin embargo, tengo la impresión de que nunca leeré un libro suyo. Hay tanto por leer que uno no tiene más remedio que descartar, aun a riesgo de salir perdiendo en el descarte.

Recaredo Veredas dijo...

Es un buen microrrelato. No le vendría mal una segunda parte, en la que se mostrara el acecho de la muerte natural y una carta infinita.

Javier Puche dijo...

Gracias por el texto, Raúl. Muy contundente.

Tú lo has dicho, Musa. Para qué más palabras en este sucumbir irremediable.

Cierto, Viajero, hay mucho por leer y escaso tiempo disponible. Una circunstancia sin duda angustiosa. Si algún día te animas con Mateo Díez, te recomiendo "Los males menores", una recopilación de excelentes microrrelatos.

Gracias, Gilda, Fusa y Recaredo, por vuestros comentarios. Abrazos para todos.

Anónimo dijo...

Joder! Gran texto! Son pocas palabras, pero dicen y transmiten tanto... Gran descubrimiento el de tu blog. Enhorabuena.

Hongos dijo...

El de "El pozo" me parece incluso mejor. Enhorabuena por el blog.

leo dijo...

Estupendo. Me parece un muy buen relato. Se prolonga (y de qué manera) en la cabeza, ¿verdad?
Un saludo.

Paula dijo...

Me pasa igual que al Viajero, no me he planteado leer novelas de LMD, pero lo de los micros es otra cosa. Ya había leído por ahí que los suyos están muy bien, y me ha picado la curiosidad. Gracias por la muestra.

Elena dijo...

Lo de los microrrelatos es increíble. Decir tanto con tan pocas palabras es algo que sólo algunos escritores saben hacer. Y en este sentido Mateo Díez es uno de los mejores.

Un saludo

Mónica Sánchez Escuer dijo...

Buenísimo! La brevedad, en la escrituras, es un reto fascinante.
Me gusta tu blog. : )

Anónimo dijo...

Una maravilla, no es fácil sorprender en tan breve.

Anónimo dijo...

feliz cambio de dígito, pues, y no tan alarmante, por dios, CHAVALLLLL, jejeje, Celebro la existencia, sí, con todas las fuerzas que me nacen.

Un besazo

Lau

Filoabpuerto dijo...

No me extraña que lleve tanto tiempo preguntándose esas razones, si estar vivo es algo más que no estar muerto, ese "zombi" en la oficina quizá se pregunte a diario cuándo fue el momento en que dejó verdaderamentede existir

Saludos

Merce

Apostata dijo...

Me recuerda al largo y penoso descenso de un suicida, que incapaz de arrojarse desde la azotea de un rascacielos, se dispone a bajar los escalones de uno en uno, con la esperanza de que al llegar abajo pueda encontrar su cadaver en la acera.

Juan Carlos Márquez dijo...

Un buen micro, sí señor.