Fue su deseo el que engendró al pájaro. Al principio creyó que lo
conseguido con tanto esfuerzo era una palabra, una palabra evidentemente
hermosa pero en modo alguno un pájaro. Después, tras observarlo
detenidamente, advirtió las plumas, el intenso azul (casi un poema
modernista) de las alas, la forma huidiza de flecha del pico, su
insistente esfuerzo por escapar. No obstante, lo retuvo algún tiempo en
sus manos; al cabo de un rato, cansado de sentirlo aletear, lo dejó ir:
He conseguido un pájaro; ¿y para qué me sirve si ha de abandonarme? Y
miraba constantemente al cielo como si quisiera reconocer, volando entre
las nubes, al ave que al principio le pareció una palabra muy intensa. Y
cuando quiso repetir el juego, tuvo que conformarse con el vacío de su
memoria demasiado agotada.
Rafael Pérez Estrada (del libro Antología de breve ficción)
Comme un chant d'espérance
Hace 18 horas
3 comentarios:
Cuánta belleza en doce líneas. No conocía este texto y me ha dejado como flotando. No me canso de leerlo.
Aquí te dejo mi agradecimiento por traerlo.
Abrazos.
Preciosa la reflexión de las palabras, gracias por compartirla abiertamente.
No es infrecuente levitar un poco tras leer a Pérez Estrada. Me alegra que te gusten estas líneas, Jes. Un abrazo grande.
Trenes Ave, es usted una entidad muy amable. Celebro que toda una red de ferrocarriles visite mi blog.
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