Raúl, envidia, mucha envidia, de la que corroe el alma como un hámster famélico. Daría los ojos (y las orejas) por haber escrito un cuento así.
Señor Josef, en efecto. Una pieza memorable. Recitémosla por doquier.
Víctor, la bondad resulta inútil con demasiada frecuencia. Lo cual no obsta para practicarla en lo posible. Lúcidamente, claro. Y no de forma atolondrada. Porque la bondad irreflexiva puede generar catástrofes.
BB, piedad kamikaze, bondad gore, altruísmo ocular. Podríamos ponerle muchos nombres al gesto de la entrañable protagonista.
Miguel, tienes razón. Mejor tuertos que ciegos. La mujer se precipitó levemente.
Maite, no se puede jugar mejor en tan pocas líneas. Sternberg es colosal. Cambio mi nariz por su destreza.
Lo tienes Javi, tienes los Cuentos Glaciales? Han salido en España? Mira entre éste y los que ha ido colgando Berti, que es el traductor, no puedo tener más ganas de leerlo.
Jesus, creo que aún no se han editado en España estos "Cuentos glaciales". Yo también anhelo tener ese libro entre las manos, aunque se me congelen. E igual que tú, supe de Sternberg gracias al blog de Eduardo Berti. Habrá que estar alerta. Un abrazo
12 comentarios:
Qué envidia de cuento. Joder.
Tremendo, genial!
Cuánta inutilidad en ese gesto.
Eso se llama, bondad o caridad non plus ultra...
Cómo me ha gustado ese cuento, Javier!
Besos
BB
Gran cuento, sí señor, pero siendo prácticos le podía hacer dejado sólo uno y así verían los dos, el mendigo y la mujer
Muy buen juego con el doble sentido. Excelente. Un abrazo.
Raúl, envidia, mucha envidia, de la que corroe el alma como un hámster famélico. Daría los ojos (y las orejas) por haber escrito un cuento así.
Señor Josef, en efecto. Una pieza memorable. Recitémosla por doquier.
Víctor, la bondad resulta inútil con demasiada frecuencia. Lo cual no obsta para practicarla en lo posible. Lúcidamente, claro. Y no de forma atolondrada. Porque la bondad irreflexiva puede generar catástrofes.
BB, piedad kamikaze, bondad gore, altruísmo ocular. Podríamos ponerle muchos nombres al gesto de la entrañable protagonista.
Miguel, tienes razón. Mejor tuertos que ciegos. La mujer se precipitó levemente.
Maite, no se puede jugar mejor en tan pocas líneas. Sternberg es colosal. Cambio mi nariz por su destreza.
Estupendo.
Lo tienes Javi, tienes los Cuentos Glaciales? Han salido en España? Mira entre éste y los que ha ido colgando Berti, que es el traductor, no puedo tener más ganas de leerlo.
Un abrazo.
Marcos, desde luego.
Jesus, creo que aún no se han editado en España estos "Cuentos glaciales". Yo también anhelo tener ese libro entre las manos, aunque se me congelen. E igual que tú, supe de Sternberg gracias al blog de Eduardo Berti. Habrá que estar alerta. Un abrazo
Bueno, piadoso y crudo a un tiempo.
Como ocurre siempre con cualquier manifestación de extrema (por desacostumbrada) generosidad.
Abrazos, Javier
Magnífico. Qué maravilla...
Un saludo.
Publicar un comentario