jueves, 13 de marzo de 2014

La sombra del pájaro

La sombra más libre es la del pájaro, que no llega a tocar el cuerpo del que es sombra.

Cuenta Tácito haber visto a un perro huyendo de su sombra que le ladraba furiosamente.

Cuenta Plinio el Joven de un país poblado por sombras sin hombres.

En las aglomeraciones hay que procurar no perder la sombra: nada tan triste y peligroso como el ir con la sombra de otro.

El pulcro procura que su sombra no se arrastre excesivamente, que no se ensucie y que nadie la pise.

Los amantes exactos tienen una sola sombra.

Hay sombras asesinas.

La sombra de la palabra es el eco.

La sombra es la rúbrica de la realidad.

Rafael Pérez Estrada (del libro Crónica de la lluvia)

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