Todos los días a la misma hora, Milagros daba a luz un cadáver. Los médicos se contradecían en sus diagnósticos y las funerarias de la ciudad hacían el agosto. Muy pronto el cementerio se quedó pequeño y tuvieron que enviar a los recién fallecidos a otras ciudades colindantes. Con el paso del tiempo no quedó lugar para los vivos.
Adrián Ramos Alba
15 comentarios:
Devastador y muy tétrico. Malos tiempos para creer en Milagros.
Muy bueno, desde la primera frase ya me ha enganchado para saber qué pasaba, y la última frase, pone un punto y final de lujo. Felicidades. Para mi gusto, perfecto.
Tremendo microrrelato. Me gustó mucho, mucho.
Es de esos micros que me perturba, que me deja un mal rollito en el cuerpo... Si lo hubiera leído en papel habría cerrado el libro tras leerlo porque no habría podido concentrarme en otro micro los minutos siguientes.
Gracias Herman, un gusto Adrián.
"Todos los días a la misma hora, Milagros daba a luz un cadáver". Lo demás hubiera preferido imaginarlo.
Un abrazo, Herman, y gracias por acercarnos este micro.
PABLO GONZ
Tremendo. Me ha gustado mucho
Un micro ajustadísimo. Sí señor.
Pone la piel de gallina. Tétrico. Apocalíptico. Para gritar de espantosa realidad.
Un saludo indio
Tétrico y con fuerza. Muy impresionante...
"Los recién fallecidos", qué bueno.
No estoy seguro, pero me suena el microrrelato. Tal vez sea la idea.
Muy bueno.
A mí también me ha gustado, sobre todo porque no es un símbolo de nada (o al menos yo no veo a qué realidad hace referencia), ni un malentendido, sino sencillamente es una imagen brutal
Por fin sé por qué veo tanta gente muerta por la calle. Un abrazo.
Parece que los milagros solo favorecen a los entierramuertos.
Si es que no se puede creer en milagros.
Salud
Francesc Cornadó
Esto es ser original.
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