"Sabemos su secreto. Si no mata a Rubén Ramos lo haremos público". Eso era todo lo que ponía la nota. Ser el hombre más poderoso del país conlleva que de vez en cuando te lleguen anónimos como este. Por más que pienso no se me ocurre quién ha podido escribir esta nota. Ni siquiera conozco a ese tal Rubén. ¿Qué interés tienen en su muerte? Yo por si acaso lo he mandado arrestar y fusilar. No tenía elección, imaginen el escándalo si mi secreto se hiciera público. Por otra parte tampoco sé muy bien a qué secreto se refieren.
Ginés S. Cutillas (Del libro Un koala en el armario)
Un amor perdurable a fuerza de no serlo
Hace 17 horas
21 comentarios:
No recurdo dónde he leído ya ese relato pero me parece magnífico.
Un saludo.
El podereso siempre tiene miedo a que sus trapos sucios se aireen, aunque él mismo no sepa de qué trapos sucios hablamos; porque lo cierto es que haberlos, los hay.
Me encantan estos relatos tan intrigantes, que te dejan pensando un buen rato.
Fabuloso mini, y lo malo es que la realidad siempre supera a la ficción.
No lo había leído. Es magnífico.
Un abrazo.
Pues sí, es muy bueno.
Lo he leído en alguna parte pero me ha gustado releerlo de nuevo. Es muy brillante.
Un saludo.
Tiene buena mano Cutillas. Pero aún tiene mucho que aprender, empezando por sus maestros granadinos.
Estoy seguro que hay poderosos que tienen tantos trapos sucios que de verdad se quedan sorprendidos cuando destpan alguno del que ya ni se acordaba
El tema de las amenazas anónimas da mucho juego en los relatos breves. Está muy bien.
Primero, fusílenlo y luego averiguaremos por qué...
Más vale prevenir, que curar...
Besos
BB
Es estupendo este relato de Ginés, aunque dé tanto miedo saber que para muchos tan sólo somos piezas en un tablero, y no hace falta irse hasta dios.
Un saludo a los dos.
Gracias Javier y gracias a los comentarios que animan a seguir con esta tarea solitaria que es la de escribir.
Todo un honor salir en tu blog.
Nos vemos en Madrid.
Abrazos,
Ginés
Da miedo pensar todo lo que las personas pueden realizar para conseguir sus objetivos. Incluso a costa de la integridad y la vida de los demás. El relato da mucho en lo que pensar.
La realidad es que es así de confusa... no hay quien la entienda.
(Menos mal que el micro es un dechado de claridad).
Abrazos
Fantástico relato. Ya lo leí, creo que como finalista de la revista eñe, y me pareció magnífico.
Un abrazo.
El honor es mío, Ginés.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Abrazos múltiples.
Me he leído los micros del Koala en el armario y me gustan todos, todos y todos. Desde los más largos hasta los más cortitos. Conecto muy bien con esa manera de estrujar la realidad, de mirar de otra manera.
Saludos
R.A.
Es un buen relato, sin duda. Te deja con la miel en la boca, pensando.
Magnífico relato, tengo este libro pendiente, así que tu post me anima a que sea mi próxima compra, sin duda, Herman.
A mí también me suena. Me recuerda a otro, aunque no recuerdo de quién. Tal vez a uno del libro Oficios de Juan Carlos Marquez.
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