Cualquier gesto, por nimio que parezca, puede modificar el universo. Sin ir más lejos, este microrrelato modifica mi ánimo gratamente. Y con el ánimo modificado y las solapas levantadas escribo estas líneas que tal vez modifiquen levemente el ánimo o la conducta de quien las lea, si es que alguien lo hace.
No deja de resultarme curioso encontrarme con este microrrelato de César Vallejo en distintas antologías del género, toda vez que no es un microrrelato en sí, sino un extracto de un poema en prosa titulado "El buen sentido".
Lo que es indudable es que, bien sea considerado como un todo o como una parte, es una auténtica maravilla.
Raúl, las madres casi siempre detentan un peligroso poder de largo alcance. Ahí está Norman Bates, esa pobre víctima, para confirmarlo.
Marcos, hay madres tan previsoras que son capaces de modificar el tiempo (el atmosférico, pero también el cronológico si hace falta) para que se ajuste como un guante a sus previsiones.
Manu, me alegra que este pequeño milagro esté por todas partes.
Humanoide, tus palabras modifican mi ánimo para bien. Gracias por escribirlas aquí.
Esther, ¿has probado a ponerle gafas de sol? Dicen que funciona.
Miguel, tú lo has dicho. Una simple preposición puede alterar la realidad de arriba abajo. Hay que andarse con cautela.
BB, seguro que ese comentario perdido era un diamante. Una pena.
R.A., diosa egipcia del sol, dices que así eran antaño las madres. Agregaré que lo siguen siendo hogaño.
Viajero, tienes razón. Esta pieza forma parte del poema en prosa que citas. Y viene ser una demostración de que hay microrrelatos ocultos por todas partes. A mí también me parece una joya, como casi todo lo que Vallejo escribió
14 comentarios:
Si es que una madre lo puede todo.
Genial micro.
Me gustan mucho los microrelatos y éste es bueno. Si es que las madres son tan previsoras...
Hace poco leí este micro en algún lugar, pero no recuerdo dónde, quizá en uno de esos carteles que hay en el metro.
Cualquier gesto, por nimio que parezca, puede modificar el universo. Sin ir más lejos, este microrrelato modifica mi ánimo gratamente. Y con el ánimo modificado y las solapas levantadas escribo estas líneas que tal vez modifiquen levemente el ánimo o la conducta de quien las lea, si es que alguien lo hace.
Yo no hago más que cerrarle el paraguas a mi pequeño...
....
....
pero nada, oye.
Genial, lo que varía toda la realidad por un simple preposición
El comentario que te hice, no salíó y ahora no me atrevo a repetirlo...
Besos
BB
No sólo es un estupendo micro sino una verdad casi universal: así son las madres(sobre todo antaño).
Saludo
R.A.
No deja de resultarme curioso encontrarme con este microrrelato de César Vallejo en distintas antologías del género, toda vez que no es un microrrelato en sí, sino un extracto de un poema en prosa titulado "El buen sentido".
Lo que es indudable es que, bien sea considerado como un todo o como una parte, es una auténtica maravilla.
Raúl, las madres casi siempre detentan un peligroso poder de largo alcance. Ahí está Norman Bates, esa pobre víctima, para confirmarlo.
Marcos, hay madres tan previsoras que son capaces de modificar el tiempo (el atmosférico, pero también el cronológico si hace falta) para que se ajuste como un guante a sus previsiones.
Manu, me alegra que este pequeño milagro esté por todas partes.
Humanoide, tus palabras modifican mi ánimo para bien. Gracias por escribirlas aquí.
Esther, ¿has probado a ponerle gafas de sol? Dicen que funciona.
Miguel, tú lo has dicho. Una simple preposición puede alterar la realidad de arriba abajo. Hay que andarse con cautela.
BB, seguro que ese comentario perdido era un diamante. Una pena.
R.A., diosa egipcia del sol, dices que así eran antaño las madres. Agregaré que lo siguen siendo hogaño.
Viajero, tienes razón. Esta pieza forma parte del poema en prosa que citas. Y viene ser una demostración de que hay microrrelatos ocultos por todas partes. A mí también me parece una joya, como casi todo lo que Vallejo escribió
sin duda es un excelente micro. Es que como una madre...
¡qué bueno! las madres, que somos así...
Libros y Elena, gracias por venir.
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