lunes, 23 de febrero de 2009

La marioneta

Tras el accidente estrepitoso y fatal, la marioneta, que yacía inerte en mitad del asfalto, abrió los ojos y empezó a incorporarse con gran lentitud. Ya erguida, aunque en precario equilibrio, avanzó unos metros por la carretera, sorteando cadáveres, hasta alcanzar la mano muerta de su dueño, donde entrelazó cuidadosamente sus hilos de nylon. Acto seguido, cayó desvencijada al suelo, cerrando los ojos para siempre.

Relato soñado

20 comentarios:

Gemma dijo...

¡Qué fidelidad más absoluta, la de esta marioneta con instinto perruno!

Abrazos

Araceli Esteves dijo...

Ni morir supo hacerlo en soledad, la pobre marioneta. Un abrazo

Elena dijo...

Precioso Herman, como siempre.

Abrazo

Larrey dijo...

inquietante...¿el síndrome del pájaron enjaulado?

Carlos Frontera dijo...

Ni dormido dejas de crear buenas historias, Herman. Un sueño inquietante, no cabe duda.
Muchas veces los sueños han servido de inspiración a los escritores. "Casa tomada", de Julio Cortázar, surgió de uno.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Fantástico. Brevísimo y sobradamente evocador. Felicidades.

Nabucodonosor II dijo...

Estupendo este micro relato. Ya de por sí, me cuesta mucho creerme que los títeres no tengan algo de vida propia. Desde siempre he tenido una extraña certeza de que se pueden mover solos...

Este relato ha encajado perfectamente. Además es triste, como recuerdan por ahí, parece casi perruna la historia. En definitiva, me ha gustado mucho.

Gracias!

Anónimo dijo...

Un cuento encantador que me ha dejado encantada.
Bastante mejor que el del imsomnio de Piñera.
;)
Ayer, una carroza carnavalera que desfiló aquí por Gijón, llevaba colgada una marioneta gigantesca casi gemela a la que muestras en la foto. Qué casualidad.

Gracias por tu aplauso a mi micro "El escritor". Que venga de alguien tan bueno en ellos, me llena de satisfacción.

Manu Espada dijo...

Muy chulo (aunque triste).

Anónimo dijo...

El relato soñado de la marioneta
que murió dos veces...
Me encanta lo que cuentas, Herman.

Raúl dijo...

La dependencia, a nada en concreto, sino sólo en sí misma, es la más potente de las drogas.

Castigadora dijo...

No sé si es fidelidad (como dice Mega) o es dependencia de la marioneta hacia la mano que la guiaba, o tal vez era miedo a perecer sola. Pero es lindo saber que acabaron juntos marioneta y mano que mueve los hilos

Saludos

Laura Escuela dijo...

yo también quiero soñar relatos!!! cómo funciona? jejej
Es genial, Herman. El relato, digo.

Un besazo

Hank dijo...

Fascinante. Con la boca abierta me has dejado, Herman

Cambiando de punto de vista -más apegado a la cartera, vamos-: este texto puede proporcionarte unos cientos de euros.

Enhorabuena.

Elena Casero dijo...

Muy bueno. Triste marioneta

Anónimo dijo...

Un relato inquietante...una historia de amor de quien no supo vivir su propia vida..aunque parece que eligio su propia muerte.
((((este es el momneto de pensar,que lo que escribí es una sombra de lo que leí que por supuesto era una sombra de lo q ue escribiste...una sombra de otra SOMBRA))))
besos
dafne

Filoabpuerto dijo...

Y muchas veces es a la inversa:

Somos nosotros los que observamos como nuestra "marioneta" se mueve ante nosotros ¿viviendo nuestra vida?

Saludillos

Merce

Miguel Baquero dijo...

Un relato redondo. Y con su punto onírico e inquietante. Enhorabuena

Javier Puche dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

No sabía, Viajero, que "Casa tomada" hubiera surgido de un sueño. Aunque no me extraña.

En efecto, Víctor, los títeres tienen algo humano. Del mismo modo que los humanos (sobre todo algunos) tienen mucho de títere.

Veo, Sinuosa, que incurres en la hipérbole con enorme facilidad. Eres muy amable.

Lo de soñar relatos no sé cómo funciona, querida Lau. Pero prueba a cenar una lata caducada de berberechos, preferiblemente sin abrir. Quizá te ayude.

No creo que esta frágil marioneta, amigo Hank, pueda darme nada. Menos aún dinero. Aunque me alegra que lo pienses.

Besos y abrazos para todos.

Arcángel Mirón dijo...

Yo no sueño esas cosas. Yo sueño sueños inverosímiles. Si los pongo en papel van a parecer los delirios de un adicto a los alucinógenos.

Bah, debería probar (escribirlos, no los alucinógenos). A lo mejor me quedan lindos.

Éste está genial.
Aunque no es novedad. Es de Puche.