lunes, 21 de enero de 2008

Texto amarillo



Una expedición de cien mil chinos histéricos visitaba un inmenso campo de girasoles bajo la displicente y furibunda luz del sol. Al percibir que su territorio era invadido, los insectos de la zona reaccionaron con violencia: las cigarras, cuyo zumbido electrizaba el aire, intensificaron súbitamente su chirriante melodía; y las avispas, de colosales dimensiones todas ellas, exhibieron de inmediato el fulgor de su aguijón. Víctimas del espanto, los cien mil chinos histéricos arrojaron por los aires sus cámaras de fotos y, antes de salir corriendo despavoridos, estallaron en un grito unánime que hizo resquebrajarse el cielo.

Fotografía: Sergio Blecua

20 comentarios:

English Little Pills dijo...

Suena a verno, Sol, moscas y japoneses clónicos por todas partes. Hay a quien le agobia, pero a mí me encanta.

Un saludo,

Suel.

© Claudia, la chef dijo...

Buenísimo. Un escenario totalmente coloreado. Un cuadro impresionista. Van Gogh y los chinos y las cámaras de fotos. (de las Kodak antiguas, esas que eran negras y amarillas, me imagino).

Carlos Frontera dijo...

La imagen del campo de girasoles repleto de chinos (hubiera sido mejor de japoneses, viajan más) me resulta poderosa. Y original.
El final del relato me desconcierta, no sé si para bien o para mal.
Quizá encuentre un exceso de adjetivos en el texto, pero me temo que es problema mío: tiendo a la economía.
En cuanto aclare la sensación del final, volveré por aquí.
En cualquier caso, me ha gustado.

Arcángel Mirón dijo...

Maravilloso. Tanto amarillo deslumbra y enceguece. Bien podría ser una película francesa, salvo un detalle de vital importancia: odio el cine frencés, pero jamás tus textos.

Apapacho.

Javier Puche dijo...

Bienvenido, Suel.
En la ciudad donde habito, el verano ha irrumpido abruptamente en mitad del invierno, desconcertándonos a todos. El texto es un pequeño homenaje a esta feliz incongruencia meteorológica.

Por supuesto, Claudia, los chinos llevan máquinas Kodak de las antiguas. Celebro que te guste mi cuadro delirante.

Yo también tiendo a la economía, Viajero, y en este breve texto, que pretende evocar el color amarillo, contrarié mi sobriedad habitual añadiendo numerosos adjetivos chillones. Me alegra que el final te desconcierte. A mí me ocurre lo mismo con el color amarillo. Me desconcierta, me deslumbra y me solivianta. Deploro los colores que gritan.

Una alegría, Gilda, que el texto te haya dejado ciega. Esa era la intención. Otro abrazo para ti.

humo dijo...

Joer.
Lo he visto.
Lo he visto somo si fuera una peli.

Paula dijo...

Vengo a devolver visitas y a refelicitar por este cuento tan chulo, y por los demás de "los inéditos".

Tengo curiosidad por el máster de creación literaria de la ECH, ¿qué tal la experiencia?

Javier Puche dijo...

Un abrazo, Humo. Pero un abrazo suave y delicado, para que no te desvanezcas.

Gracias, Paula, por tu cortesía. La experiencia en la ECH fue satisfactoria. Los profesores son, en su mayoría, excelentes. Y no sólo enseñan literatura, sino también filosofía, arte y hasta física cuántica. Todo ello aplicado a la creación. Es un lugar muy estimulante que sin duda te recomiendo y al que espero volver. Si necesitas información más detallada, no dudes en preguntarme.

Anónimo dijo...

Cegada por tu amarillo me marcho, Herman. La próxima vez me colaré por tu puerta falsa con mis gafas de sol a lo Desayuno con diamantes.

Besos orgiásticos.

Shangri-la dijo...

Hola. Te invitamos a visitar nuestra publicación. Un saludo.

Unknown dijo...

Querido Herman:
A mí también me ha dado la impresión de haber visto, y no leído, tu escrito.
Ha sido como un rayo cegador de duración corta. Un resplandor amarillo que se me ha metido en el cerebro mientras reposaba en mi sillón.
Todavía dudo. ¿Lo he visto?

Hank dijo...

No sé, veo un exceso de adjetivos; como una pintura escrita, pero demasiado recargada (de amarillo, pero sin objetivo). Y el fondo, joder, no llego a captarlo. No entiendo todo el jolgorio, no le veo la gracia, no alcanzo a discernir la cosa. Me estoy cabreando, Herman, ¿qué coño ven todos los demás? No pretendo ser grosero (aunque con ese buen propósito lo que debería de hacer es callarme, pero…), simplemente incapaz, socio, seguramente.

Juanjo Montoliu dijo...

Un texto bastante agresivo, impactante, para ser amarillo. Me ha gustado, sí señor.

Saludos.

Olga Cánovas Galindo dijo...

Yo también lo he visto y vivido y ¿sabes que sensación me ha quedado? la de un viaje en metro en hora punta pero sin gafas de sol. Estresante diría yo, pero bueno porque has sido capaz de que lo podamos ver y no solo leer.
Un saludo

Javier Puche dijo...

Me alegra tu voz discordante, Hank. Chirría gratamente en mis oídos. El texto, como sin duda intuyes, tiene carácter experimental. Antes de escribirlo, pensé: ¿podría una breve combinación de palabras reproducir el efecto de un color determinado? Para ponérmelo fácil, elegí el amarillo, un color irreflexivo, estrepitoso e insolente. Y luego busqué imágenes y palabras que lo evocaran con nitidez. Lo que tú has leído es el resultado de mi experimento. Que no lo entiendas me congratula. Yo tampoco entiendo el color amarillo. Ni aunque me grite despacito.

Carlos Frontera dijo...

Gracias por tu intervención, HANK, aún andaba desconcertado con el texto, incapaz, como tú, de saber qué carajo significaba. Y gracias, HERMAN, por tu explicación. Todo aclarado.
Como experimento, he de reconocer que ha resultado chirriante; te felicito por ello.
Por cierto, al color amarillo no se le entiende, a lo más que podemos aspirar es a borrarlo. Si se deja.

Anónimo dijo...

El retrueque de tu pintacuento es que los orientales tienen la córnea amarilla, según tengo entendido. También Champolion la tenía (o solitaria), aunque quizá esto no venga a cuento, o no pinta nada. Lo contrario que tú.

Alba Vera Figueroa dijo...

Paso a saludarte, Herman. Me encanta el cristal con el que miras porque además selecciona, asocia y, tal vez por el efecto de la luz, estalla.
Gracias por visitarme en Albas literarias. He tratado de entrar varias veces a Puerta falsa por búsqueda de blogs, pero se interpone otra puerta falsa, otro blog con el mismo nombre. ¿sabes la causa? quiero tu http para incluirlo entre mis blogs favoritos y no puedo acceder. comunicate conmigo, porfa. Un abrazo. Alba
averafigueroa@gmail.com

malditas musas dijo...

Y los bichos al fin pudieron escapar por esa grieta celeste.

:)
abrazo
musa

Abismo Ínfimo dijo...

Me imagino un cielo amarillo cuando termino de leer tu relato y un placer me acompaña al haber conocido tu blog.