miércoles, 2 de enero de 2013

Taxidermia S.L.

Tan sólo un leve corte en las muñecas, longitudinal a ser posible, mientras se baña con placidez. O una deliciosa infusión de narcóticos a media tarde, cuando el sol declina. Aunque quizá prefiera irse con un enérgico y memorable salto desde el viaducto. Cualquiera de estas modalidades servirá. Del resto nos encargamos nosotros. Ya hemos preparado su vitrina en el museo. También el disfraz de astronauta que eligió (un excelente atuendo para surcar el porvenir, permítanos decirle). Y lo más importante: su panegírico, meticulosamente redactado por nuestros mejores guionistas. Al fin alcanzará la gloria que merece, señor López. Ahora sólo tiene que firmar aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sic transit gloria mundi :))
Es muy bueno lo de surcar el porvenir.
Besos

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡Qué bueno, Javier! Me parece brillante la normalización de lo extraordinario, llegando a la propia deshumanización.

Un saludo,