Con el último golpe del hacha, el árbol cae pesadamente al suelo. Sin embargo, los pájaros permanecen inmóviles donde antes estuvieron las ramas. Acaso porque sólo son la sombra de aquellos pájaros. Acaso porque la distancia, con su hipnotismo, suele paralizar a los pájaros. O acaso porque la memoria del árbol muere después.
Eugenio Mandrini (del libro Por favor, sea breve 2)
6 comentarios:
Una micropreciosura, sin duda.
:¬)
Bss
Qué bonito, "la memoria del árbol" Sensacional.
Es genial
Besos
Me gusta que lo sorprendente -que los pájaros continúen allí- no se discuta, que no se dude de ello; y que se dude sobre los motivos, pero no sobre el hecho en sí.
Y -lo reconozco, soy débil- me gusta el tono poético.
Muy hermoso este relato. Envidia me da. Me gusta ese árbol metafórico: los hombres al partir dejan pájaros y sombras de pájaros en su vida. Seguro que los árboles tienen memoria. Gracias por compartir estas Raíces.
Me quito el sombrero acaso porque me ha gustado mucho, acaso porque es mi primer comentario en este blog y por ende debo ser cortés o simplemente porque mientras esperas que salga un conejo de la chistera aprovechare con la izquierda para llevarme tan valiosa joya.
Enhorabuena por el micro.
Una perta.
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