viernes, 24 de octubre de 2014

Culpable

De nada sirvieron las triquiñuelas retóricas de su abogado. Ni las horas que su anciana madre robó al sueño para pedir clemencia a los dioses. El reo no pudo escapar del veredicto que tanto temía. Fue declarado culpable. Y condenado a prisión en un laberinto de alta seguridad, construido expresamente para él sobre un yacimiento de metales radiactivos. El destino siempre fue implacable con su estirpe anómala. Nadie quiere tener cerca un minotauro. Aunque sea inocente e irradie bondad.

3 comentarios:

Cristina dijo...

Pobrecillo. Al menos alguien escribe sobre él, y además lo hace estupendamente. Yo me lo quedaría, mira tú ;)
Besos, Javier.

Javier Puche dijo...

Yo también me lo quedaría, Cristina. Pero sería un problema sacarlo a pasear, supongo.
Un abrazo grande.

Marcos Callau dijo...

El hombre siempre ha sido cruel con el animal, aunque sea mitológico y mitad humano. Demos gracias, que no lo torearan, al menos. Qué majo el minotauro. Saludos!