miércoles, 17 de julio de 2013

Rebajas

Fui a comprarme un abrazo en las rebajas, pero no tenían mi talla. Solo había uno rosado y tupido que me quedaba ancho. La vendedora trató de persuadirme para que lo comprara, argumentando que era calentito y muy práctico, porque me permitía llevar mucho sentimiento puesto. Además, por la compra de uno me regalaban un apretón de manos u otras partes del cuerpo. Sonaba tentador, pero debía pensarlo. Entre tanto fui a otro mostrador a oler las sensaciones de la temporada otoño-invierno que este año son de tendencia claramente bucólica derrotista, con un deje de minimalismo bélico. Ojalá me alcance el dinero para alguna mala intención, un par de sospechas y al menos una corazonada.

Isabel Mellado (El perro que comía silencio)

3 comentarios:

Criatura anónima dijo...

Ojalá .

Vaivenes e Insomnios dijo...

Muy bueno. Te deja ese sabor que dejan los buenos microrrelatos tras la segunda lectura. ¿Por qué los leeré siempre dos veces?

Unica dijo...

Bella mujer esta Isabel Mellado.