domingo, 2 de junio de 2013

Sin título

Su alma era tan hermosa, tan delicada, que dos ángeles luchaban ferozmente para devorarla.

Rafael Pérez Estrada
(El levitador y su vértigo)

4 comentarios:

Gemma dijo...

Cuánta belleza.
Un abrazo, Javier.

Marcos Callau dijo...

Precioso. Da qué pensar...

Javier Puche dijo...

Gemma, tú lo has dicho, cuánta belleza. Abrir un libro de Pérez Estrada resulta peligroso siempre. Puede uno morir deslumbrado.
Otro abrazo para ti.

Marcos, celebro que compartamos admiración. Gracias por venir.

Unica Zürn dijo...

Adorable la ficción. El único medio que nos queda para encontrar un alma hermosa.