jueves, 4 de octubre de 2012

Demasiado limpia

-No te laves nunca la cara –le había aconsejado su madre–. El maquillaje no aguantaría.
No resultaba fácil obedecer. Todas sus compañeras se lavaban, con gritos de alegría, en la fuente de la plaza. ¿Por qué no iba a hacerlo ella? Además, sus amiguitas la trataban de puerca.
–Ahora verán –se dijo.
Fue a la fuente y se lavó la cara cuidadosamente. Cuando hubo terminado, las otras gritaron horrorizadas.
Su cara no era más que una bola redonda, limpia de cejas, de ojos, de nariz, de boca.
La mataron como a la bestia que era.

Roland Topor (del libro Acostarse con la reina y otras delicias)

6 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

No había leído nunca a Roland Topor, Javier, y he de agradecerte que lo trajeras hasta aquí.

Sin duda, he de enmendar mi falta.

Un abrazo,

Jes Lavado dijo...

Una gran alegría que hayas abierto de nuevo tu puerta.
No conocía a este Topor. Pero, sin duda, apunta maneras. Habrá que echarle el lazo.Gracias por traerlo.
Un beso.

Javier Puche dijo...

Pedro, me alegra haberte descubierto a Topor. Espero que lo disfrutes. Un abrazo.

Jes, la puerta sólo estaba entornada. De Topor te recomiendo "El quimérico inquilino", formidable novela que Polanski llevó al cine. Yo lo pasé en grande leyéndola. Un beso.

Cortacuentos dijo...

Si señor. Buen micro, rezumando un estilo de la casa, de esas que huelen a leña, a tortilla de patatas o a cualquier olor que la hace especial.

Buen micro, incluso muchísimo mejor.

Una perta.

Marcos Callau dijo...

La verdad es que sorprende mucho ese final tan trágico.124

Elysa dijo...

No conocía a este autor. Lo anoto e intentaré leerlo, este micro me ha convencido.

Besitos