jueves, 24 de junio de 2010

Planeta Tierra, año 3012

Dedicado a Ray Bradbury
Como cada noche, el androide lee un libro electrónico junto al fuego. Sus amos lo contemplan orgullosos desde el sofá. “Qué culto es Brtx9. Lee más que nosotros. Llegará lejos” se dicen telepáticamente. Luego abandonan el salón para ocupar sus cápsulas de reposo, no sin dar primero algunos besos al androide, que les corresponde con una sonrisa mecánica. Sólo entonces, al quedar libre de testigos, puede Brtx9 entregarse a su auténtica pasión. En un doble fondo de la biblioteca electrónica tiene oculta la reliquia: un libro de papel. Antes de sacarlo, acariciarlo, olerlo, abrazarlo, leerlo una vez más con frenesí, comprueba auditivamente que sus amos ya roncan arriba.

Imagen: Metrópolis (de Fritz Lang)

24 comentarios:

David Moreno dijo...

Todo es posible, a la marcha que vamos...

Me conformo con no verlo del todo y creo que no llegaré al 3012 para contarlo, jeje

Un saludo indio

Hansel en Baviera dijo...

Muy bueno y enternecedor. Ya llegarán esos tiempos en que tengamos que guardar como reliquias los libros de papel.
Un saludo,
Norb

Nacho Viñuela dijo...

Hermoso y tierno relato, míster Puche. Esperemos que no acabemos quemando libros como en la novela de Bradbury, aunque sólo sea para asegurar el placer de los androides.

Un abrazo,

Nacho

Raúl dijo...

Es casi una pasiòn sexual, la del androide.

Marcos Callau dijo...

Estupendo relato. Toda una recuperación del clásico Farenheit 451, de ese espíritu que nos querían transmitir. Esa quema de libros, esa eliminación de las pasiones humanas y del saber... esa realidad a la que en ocasiones nos vemos sentenciados. Me ha gustado mucho.

Víctor dijo...

Estuvo bueno. Aunque tal como tratamos al planeta, no sé si llegará alguien al 3012.

Un saludo.

chanománino dijo...

Creo que nos costará explicar cómo el libro electrónico no logró sustituir ni por asomo al libro libro... quiero decir, al libro de verdad.

Gemma dijo...

Suele ocurrir, amigo Herman, que lo escaso termina convirtiéndose en motivo de placer y de gozo. Esa visión que anticipas ya ha empezado, de hecho, a cumplirse: basta tocar los libros encuadernados en piel...
Un abrazo

Araceli Esteves dijo...

Ya asumimos lo del libro electrónico como algo de lo más normal.Tu androide tiene más de humano que muchos de los que presumen de serlo.

Manu Espada dijo...

Muy humano tu robot, pero más humano aún su libro de papel que guarda como una reliquia. Muy emotivo micro, Herman.

Javier Puche dijo...

Estimado Jefe indio, quién sabe, quizá veamos el 3012. Dicen que para entonces habrán instalado en el más allá televisores que nos pondrán al corriente de cuanto suceda en el mundo de los vivos.

Norberto, espero que el libro de papel conserve su preeminencia durante varios siglos más. Un placer tu visita.

Sr. Viñuela, hagamos lo posible por asegurar el placer de los androides. Nada de hogueras con libros, de momento, por más que algunos merezcan indiscutiblemente las cenizas. Un abrazo.

Raúl, ¿acaso no es algo lasciva en ocasiones nuestra relación con los libros?

Marcos, celebro que te haya gustado esta pieza futurista. Ojalá el hombre logre alcanzar un porvenir distinto al que merece por su reiterada estupidez. Gracias por-venir.

Javier Puche dijo...

Víctor, yo también dudo que la especie humana alcance semejantes fechas. Supongo que para entonces sólo habrá cucarachas. Kafka nos lo advirtió sutilmente.

Señor Desdeatrás, cuánto me alegra su visita del revés.

Gemma, tienes razón, no lo había pensado. Ya comienza a ocurrir. Que los dioses nos protejan.

Araceli, yo también encuentro muy humano al androide-mascota. Nada me impediría ser su amigo.

Manu, esperemos que el libro de papel, esa invención perfecta, no se convierta nunca en arqueología.

BB dijo...

Estaremos así de avanzados o quizás sea una especie de retroceso? Vigente aquí Farenheit
45l, que tanto me impactara.
Cuál será el libro que atesora el androide?
Besos, Javier
BB

Jesus Esnaola dijo...

Ya ves, los humanos prefiriendo lo electrónico y los "electrónicos" prefiriendo lo más natural. ¿Sabes que es lo que me aterra de este micro, hecha la lectura obvia? Lo que nuestras creaciones puedan llegar a parecerse a nosotros.

Un abrazo Herman

Anónimo dijo...

Como cuento, es bonito y triste. Pero me temo que será realidad mucho antes de esa fecha.

Javier Puche dijo...

BB, un retroceso, sin duda, sobre todo si se instaura la telepatía. Tiemblo de pensarlo.
Y creo que el androide lee a Proust, aunque no se ve muy bien desde aquí. Un beso.

Jesús, este humanoide de sensibilidad superior le da mil vueltas a sus estólidos amos. Un abrazo.

Paseante, celebro que su paseo le hay traído por aquí. Gracias por la visita.

Ella dijo...

Fascinante. Todo un canto a la dignidad del libro impreso. Abajo los ebook, plantemos más árboles!!
Un saludo.

Fàtima T. dijo...

Espero y deseo que nunca muera el libro tradicional, por mucho que el e-reader quiera imponérsele. Es un placer para mí pasar las páginas, sentir ese olor a papel, sostener el lomo entre las manos. Brtx9 es sabio, sus padres tienen razón al decir que llegará lejos. :)

Saludos, he llegado hasta aquí a través del blog de Elèna Casero.

Javier Puche dijo...

Ella, gracias. Tú lo has dicho: plantemos árboles. Aunque quizá en el futuro terrible estos árboles den frutos en forma de e-books.
Bienvenida a este rincón.

Fátima, bienvenida también. Suscribo plenamente tus deseos.

Anónimo dijo...

En este micro(como en el del Inmortal y otros) tienes esa capacidad de emocionar, de que tus personajes enternezcan sin necesidad de ñoñerias, sólo pura sensibilidad.


R.A.

ÁFRICA dijo...

Hola, con pocas palabras expresaste, muchos sentimientos, mientras se lea, no será tan malo.
Parece que lo hace con mucho placer, bueno que las cosas van cambiando.
Un beso, disculpa por no presentarme, y entrar sin permiso a tu casa..

Jesús Garrido dijo...

Hola, perdona, he llegado a tu blog por accidente, un mosquito se había parado en la pantalla de mi móvil mientras hablaba con una amiga, echaré un vistazo al blog [el mosquito ha muerto, lo he chafado]

Pablo Copola dijo...

Brillante y vertiginoso. Algún día nuestro mundo y nuestra historia serán eso: reliquias del pasado.

Miriam Márquez dijo...

Seguro que además, cuando nadie le ve, recita versos. Y no telepáticamente, sino con sus labios de metal. Muy emocionante tu texto. Besos.