miércoles, 19 de noviembre de 2008

Micropoética



En vano me pregunto cuáles son los componentes esenciales de un microrrelato perdurable. Si tuviera que aventurar algún que otro rasgo distintivo, acaso hablaría de brevedad extrema, lenguaje depurado, tensión narrativa, fuerza poética, elipsis y temblor. Pero me consta que con tales palabras no alcanzo a definir el género, pues ninguna combinación verbal, por atinada que resulte, podría lograrlo nunca. No cabe el océano en un vaso.

Imagen: The Long Leg, de Edward Hopper

16 comentarios:

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Alguna vez he escrito que el buen micro tiene las dos cualidades del fuego fatuo: brevedad y fulgor. Un abrazo.

Castigadora dijo...

Los microrrelatos, son los más difíciles, porque deben contener en escuetas palabras las emociones del que las cuenta.
Para mi un microrrelato, debe ser breve (como no) e impresionista!

Besos

Arcángel Mirón dijo...

Yo te recomiendo a Teillu, un experto. Tiene un poder de síntesis increíble:

http://teillu.blogspot.com/

Anónimo dijo...

En el fondo es eso: que quepa dentro del vaso...

¡saludos!

Carlos Frontera dijo...

Una bella no-definición, Herman.
Una vez oí decir a alguien o leí en algún sitio, no recuerdo, que es fundamental conocer la teoría para luego ser capaz de transguedirla.

A propósito de tu texto, me viene a la cabeza el cuento "Espacio", el primero del libro Astrolabio, de Ángel Olgoso (creo recordar habertelo visto en la barra lateral ENTRE MANOS), una de las más atinadas poéticas del género breve que he leído.

Javier Puche dijo...

Brevedad y fulgor, como el fuego fatuo. Tomo buena nota, Antonio. Gracias.

Escribir nunca es fácil, Castigadora. Es muchas cosas, pero no fácil. E ignoro si el microrrelato es más difícil que cualquier otro género.
Besos

Visitaré al sintético Teillu, Gilda. Prometido.

Con lo del océano y el vaso, amigo J., venía a decir que el microrrelato no se deja capturar como género en una definición pretendidamente abarcadora. O no al menos sin dificultad. Bienvenido a estos falsos lares.

Es cierto, Viajero. La teoría es a menudo necesaria. Aunque sólo sea para poder hacerla añicos. Siempre tranquiliza tener algo que romper entre las manos.
Y sí. Recuerdo perfectamente el cuento que mencionas. Un pequeño milagro. Tengo muchas ganas de seguir leyendo a Olgoso. En cuanto pueda, me hago con otro de sus libros. Un abrazo

Elena Casero dijo...

Precisamente en esa brevedad es donde debe residir toda la fuerza, que es lo difícil. Como bien dices el océano en un vaso.

Raúl dijo...

Pero te ocurre, lo que a cualquiera de nosotros nos ocurriría a la hora de tratar de deirle a alguien qué es una paella, por ejemplo. Una cosa sería enumerar sus ingredientes, y otra muy distinta ser capaz de trasladar su sabor o su esencia.
Tirando por lo poético, Serrano apunta una posible definición.
Saludos.

LVEEYP dijo...

Básicamente es eso de ser breve de lo que se trata al componer uno.Sin descartar la calidad,que es lo primero,la corta narrativa entra en segundo plano,aunque sin desdeñarla en absoluto,pues es su característica

Larrey dijo...

Desde mi blog solo puedo decirte que creo que sabes lo que haces, lo demostraste en la segunda edición de los suspiros.
Por cierto, os invitamos a la III Edición del Concurso de Suspiros de El Trastero de la imaginación.
http://eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/
Os esperamos por allí.
La parte mala de la noticia es que tu cuento perderá su reinado...

Unknown dijo...

Jeje, Herman, ainnn
Juajua
En el Caprabo he estao
Integrales to
Esto es como cuando te decía que "Borges no tiene dientes", o que "Borges tiene ojos del burro de la canción de A mi burro"
¿verdad? ¿VERDAD?
¿VERDAD, HERMAN?

Javier Puche dijo...

Así es, Elena. Además, el microcuento es el género de la cortesía, pues dada su brevedad sólo usurpa la atención del lector durante unos instantes. Desde este punto de vista, la novela sería una desconsiderada.

Difundiré la noticia, Larrey.

Cielo santo, doctora. ¿Ha vuelto usted a su vieja afición de ingerir medicinas caducadas?

Elena dijo...

Me encantan los microrrelatos. Siempre me ha fascinado la capacidad de los que los escriben para sorprender y deleitar al lector con tan pocas palabras. Son como un bombón relleno de chocolate negro, breve pero de un sabor intenso.

Saludos

Javier Puche dijo...

Como un bombón relleno de chocolate negro. Me gusta.

Fernando Valls dijo...

Quizá se podría añadir la elipsis.

Javier Puche dijo...

Cierto, Fernando. Acabo de añadir la elipsis al texto. Gracias.