lunes, 4 de agosto de 2014

Néstor salta

                        Para Juan Bonilla

-Damas y caballeros, comienza la función. ¿Ven el círculo rojo en mitad de la pista? Ahí tendrá lugar el impacto. ¿Y el trampolín que se alza sobre sus respetables cabezas? Desde esa altura se arrojará en picado Néstor, nuestro intrépido suicida de hoy, a quien la posteridad aguarda impaciente. Confío en que admiren su aerodinámico smoking, cortesía de nuestros patrocinadores. Como de costumbre, lo subastaremos entre ustedes tras el imponente salto. Pero basta ya de prolegómenos. ¿Qué tal si nos dedicas un último saludo, Néstor?
Sentado en el trampolín con la mirada perdida, Néstor levanta obediente una mano.
(Pausa publicitaria).
-Gracias, amigo -prosigue el locutor tras los anuncios-. Un saludo conmovedor, que recibirán en diferido quienes nos siguen vía satélite, al otro lado del mar. Ahora ruego a todos los presentes que apaguen sus móviles y contengan la respiración. Néstor debe concentrarse.
Suena un redoble de tambor.
Néstor salta.
El público aplaude con frenesí.

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