viernes, 7 de octubre de 2011

Seísmos (reseña de Antón Castro)

Javier Puche (Málaga, 1974) aborda un género aún más difícil que el microrrelato convencional: él se atreve a contar una historia, un cuento mínimo o a encender un centelleo incontenible con solo seis palabras. Hace algún tiempo que lo viene haciendo: él no escribe, él encuentra la exactitud, el extrañamiento, la detonación de la sugerencia, el arte de la paradoja o la gramática de la fantasía. En 'Seísmos. Cuentos de seis palabras' (Thule), Javier Puche va más allá del ingenio, del gracejo o del aforismo: crea un mundo. Crea una acción, personajes, la sensación de estupor. Diga lo que diga: “Asoma un periscopio en mi consomé”, “Este laberinto ni siquiera tiene baño”, “El monstruo bajo la cama tosió” o “Aterrado, disimula el arzobispo su erección”. Ya se ve cómo escribe, cómo piensa, cómo se interna en el vacío o en el horror y en la crueldad. Por ejemplo: “Descubrí un ahorcado en mi bonsai”, y algo más adelante: “Decapitado, sigue pensando el filósofo tenaz” o este, tan logrado: “Por imprevista resurrección, vendo mi tumba”. Hay muchos ecos en estos textos, sin duda, existen diálogos con Borges, con Breton, con Perec, con algunos poetas y, sobre todo, con Ramón Gómez de la Serna, pero sobre todo lo que hay es acierto, la felicidad de la inspiración y una convicción absoluta en los poderes de la literatura. Y si los textos de Javier Puche son excelentes, no lo son menos las ilustraciones de Riki Blanco: maneja el blanco, diversos tonos del gris y el negro, y logra lo que quiere: narraciones complementarias, un pensamiento gráfico, un estado de desvelo y de alerta casi dolorosa. He aquí un libro estupendo, no para niños exactamente, pero también para ellos. Al fin y al cabo, Puche ha partido de un cuento magistral de Hemingway: “Vendo zapatos de bebé, sin estrenar”.

Antón Castro

(Reseña aparecida el jueves 6 de octubre de 2011 en el suplemento cultural Artes & Letras del Heraldo de Aragón)

22 comentarios:

Jesus Esnaola dijo...

Como si uno no tuviera suficientes ganas de leerlo, viene Antón Castro y habla de Seísmos en los términos que lo hace.

Impaciente, querido Javier. Como una réplica insolente, "Que Seísmos, quieto, pase mis paginas"

Esteban Dublín dijo...

Sí, coincido con Jesus. Que ganas de devorar esos seísmos, sobre todo con los ejemplos que pone.

Maria Coca dijo...

Una gran reseña. Sí, dan ganas de leerlo ¡pero ya!

Genial, Javier. Es para sentirse muy orgulloso.

BB dijo...

¡Qué manera de hablar de esos, tus seísmos, que sabes, me apasionan!
¿Habrá alguna forma de que puedan llegar a mis manos?
Un abrazo fuerte, Javier

Kate dijo...

Esta magnífica reseña, que suscribo totalmente, no hace sino aumentar mi impaciencia por tener los Seísmos entre mis manos y agudizar mi admiración por Javier Puche. Y doy fe de que ambas cosas eran difíciles de lograr.
Mil enhorabuenas, Javier. Qué ganas de leerte en papel...

Nicolás Jarque dijo...

Habrá que verificar - aunque ya se presuponía - que esta gran reseña es cierta. Sin duda será así.
Un saludo.

Javier Puche dijo...

Amigo Jesus, espero de verdad que el libro te guste. Gracias por tu réplica nada insolente. Un abrazo.

Esteban, me alegra tu interés hacia mis leves terremotos. En breve podrás disfrutar (o deplorar) el libro.

María, siempre tan amable. Ojalá te guste mi tenue criatura de papel. Un beso.

Javier Puche dijo...

BB, me encargaré personalmente de que recibas un ejemplar de Seísmos. No te quepa duda. Un beso transoceánico.

Kate, me emocionan tus palabras. Te doy las gracias con rubor. Ojalá el libro no te decepcione. Abrazo sísmico.

Nicolás, pronto podrás verificar o desmentir las generosas palabras de Antón Castro.

Miguel A. Zapata dijo...

Enhorabuena, Javier, por esas primeras palabras con laurel para tu libro. Ganas, muchas ganas de leerlo. Abrazos.

Castigadora dijo...

Magnífica reseña. Espero poder leer tus Seísmos.

Raúl dijo...

¿Firmada por el amigo Antón? Pues enhorabuena, Javer.

Gemma dijo...

Desde luego tus seísmos son un auténtico terremoto. Recién terminé de leerlo, Javier, y me ha gustado especialmente la cuidadosa ordenación que les has dado, de manera que al leerlos sucesivamente, parece como si fueran estableciendo entre sí una especie de sintaxis o de trama subterránea, llena de fulgor y de destello. Si las piezas tomadas individualmente ya resultan excepcionales, pura esencia narrativa, tal como comenta Antón Castro, leídas en conjunto, con esa disposición in crecendo que les confieres, terminan por desembocar en un estallido. Seísmos que son como pequeñas granadas llenas de jugo. De las buenas... Las ilustraciones son, efectivamente, otra gozada.
Besos y enhorabuena, Javier

Miguel Baquero dijo...

Muy buena reseña, enhorabuena. toda la suerte del mundo con tu libro

Maite dijo...

Ya lo he dicho alguna otra vez, pero tus seísmos me parecen de una escala cercana al terremoto. Denotan un alto grado imaginativo y de inteligencia. La reseña no se desvía ni un ápice de la realidad de este libro al que le auguro un largo recorrido.

Javier Puche dijo...

Miguel Ángel, muchas gracias. Me gusta lo de "palabras con laurel". Suena a guiso postmoderno. Un abrazo.

Castigadora, confío en que puedas encontrarl el libro sin dificultad. Gracias por visitarme. Un beso.

Raúl, así es. Una suerte.

Gemma, en efecto ordené las piezas con una cierta intención, y me alegra mucho que lo señales. Alegría que se redobla al saber que has disfrutado del libro. Muchas gracias por tu amabilidad. Besos.

Miguel, te agradezco los buenos deseos. Un abrazo grande.

Javier Puche dijo...

Maite, qué encantadora. Gracias de verdad.

Marcos Callau dijo...

Enhorabuena Javier! Abrazos.

Araceli Esteves dijo...

Eres un maestro de la brevedad y mereces todos los elogios, a los que naturalmente me uno.

Anónimo dijo...

Qué bien suena lo de "En librerías el 20 de Octubre", Javi. Siete días. Qué grandísima ilusión. Tendrás muchas más magníficas reseñas que mostrar. Un beso enorme de enhorabuena.
Moka

Olga Bernad dijo...

Anda, dejé mi enhorabuena y no te ha llegado. Pues enhorabuena por segunda vez. Estas cosas animan al autor y a los lectores. Ganas de leerlo!

400 dijo...

Tú no eres Mostaza.

Esther Cabrales dijo...

Mi más sincera felicitación. Ya lo tienes tan bello.