Su alma era tan hermosa, tan delicada, que dos ángeles luchaban ferozmente para devorarla.
Un ángel, deslumbrado por un pecho de muchacha, se prueba un sostén.
En el jardín zoológico exhiben a un ángel.
El arcángel caníbal devora querubines.
El ángel teme ser violado por el cisne.
Vi cómo un ángel solícito llevaba a unos niños al vacío de un puente, y allí los empujaba lanzándolos a la nada.
Vi en aquella playa a una muchacha celosísima que le mojaba las alas a su ángel para que no alzase el vuelo.
La muerte de un hombre es también el fracaso de su ángel.
Rafael Pérez Estrada (Del libro Devoured by the moon)
La IA ha aprendido a insultarnos
Hace 4 horas
10 comentarios:
Gélida la última imagen, poética la primera, compuebo con verdadero asombro que RPE está lleno de seísmos y destellos.
Un beso
Siempre miro de reojo en busca de mi ángel, temiendo me haya tocado un looser...
Besos
BB
Exótico texto, especie de desvergüenza divina junto a esa poética de dientes afilados.
Me gustan las tres ideas finales de Pérez Estrada.
PD. Los ángeles sólo deberían usar algodón blanco. Ni plumas, ni encajes: grave problema.
La última imagen es terrible-
Me han gustado mucho.
Esa última imagen me ha sugerido una idea. Gracias por traerla, Javier. Abrazos.
Para leer y releer despacito y sentarse a pensar un rato. Estupendos. Saludos!
Interesantes imágenes. Me gustan la cara oculta descubierta de los ángeles.
Saludos
Algunas de las imágenes ponen lo pelos de punta, las ves muy clarmente.
Besitos
No me gusta el autobombo, pero si te pasas por mi blog, estimado Javier, encontrarás el micro que me evocó la última imagen. Un abrazo.
¡Angel mío!, me llamaba mi abuela.
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