El viudo inconsolable no sabía qué hacer para no salir del recuerdo de ella. Lo que más lo desconsolaba era quitar las hojas del almanaque, como si cada hoja lo apartara más de los días felices. Temblaba al ver adelgazar el taco, como si se quedase en esqueleto el árbol en que anidó su amor. Al volver la esquina de ese almanaque, ella iba a quedar detrás del horizonte visible. Eso no podía ser. Y el viudo inconsolable acaparó almanaques de aquel año que iba a morir y se guió por ellos en años sucesivos, equivocado de días y de lunas, pero repitiendo aquel año sin tener que pasar por la tristeza de los aniversarios.
Ramón Gómez de la Serna (Del libro Disparates y otros caprichos)
Los sueños rotos
Hace 1 día
11 comentarios:
La cuestión es evitar que las cosas nos duelan. Da igual el cómo.
Aniversario rima con adversario.
Brutal el micro (?) de De la Serna. Y lleno de imágenes memorables. "Temblaba al ver adelgazar el taco, como si se quedase en esqueleto el árbol en que anidó su amor". Impagable. ¿Cuánto vale esta frase?
Un saludo.
Muy bueno, romántico y precioso. Resguardarse del dolor están el instinto y es inevitable, aunque invite a la locura. Abrazos.
Fantástioo texto, gracias por traerlo hasta aquí. Un abrazo.
Qué maravilla de escritor!!!! Antológico.
Gracias por traerlo hasta aquí.
Besoss
Talvez imitaba al avestruz...
No ver lo que no se quiere ver, es la única forma de sobrevivir a una realidad que resulta devastadora, insufrible.
Excelente micro de Gómez de la Serna. Gracias por compartirlo.
Besos
BB
La idea es muy buena, pero tengo yo la duda de si un microrrelatista actual, con lo que ha avanzado el género, no lo podría expresar mucho mejor. Pero es muy bueno, claro que sí.
Miguel, ¿en qué sentido consideras que ha avanzado el género? ¿Y qué escritor actual crees que podría mejorar esta narración de Gómez de la Serna? Porque a mí no se me ocurre ninguno.
Besos y abrazos para todos.
Hay miles de escritores que han salido de un huevo grande y pesadísimo, eso es obvio. Me refiero a uno cada uno, no a uno gigantesco del que vayan fluyendo los artistas éstos.
Teniendo en cuenta que R. G. de la Serna no era dado a corregir sus textos una vez escritos, aún se valora más el contenido y la forma de este, que considero genial. El libro "Disparates y otros caprichos", en la edición de Luis López Molina, me parece un clásico que los adictos a los microrrelatos debemos tener siempre cerca.
Abrazos, Javier!
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