Decidir: Sucumbir a la preponderancia de una serie de influencias en detrimento de otra serie.
Dentista: Prestidigitador que introduce metal en nuestra boca y saca monedas de nuestros bolsillos.
De otro modo: Igual de mal.
Desengañar: Ofrecer a un vecino un error distinto al que él ha considerado oportuno asumir.
Deserción: Aversión a la lucha, como, por ejemplo, cuando se abandona el ejército o a una esposa.
Desobedecer: Celebrar con la ceremonia pertinente la madurez de una orden.
Destino: Autoridad que se atribuye el tirano para cometer delitos y excusa a la que recurre el necio para justificar sus fracasos.
Día: Periodo de 24 horas, casi todas malgastadas.
Diafragma: Tabique muscular que separa los desórdenes respiratorios de los intestinales.
Diplomacia: Arte y negocio de mentir por el propio país.
Disculparse: Sentar las bases para una futura ofensa.
Discusión: Método para que los demás se reafirmen en sus errores.
Diversión: Lapidación de chinos.
Divorcio: Reanudación de las relaciones diplomáticas y rectificación de las fronteras.
Ambrose Bierce (El Diccionario del Diablo)