jueves, 8 de marzo de 2012

Movimientos migratorios

Igual que las ballenas, este verano fuimos al Polo Norte, huyendo del calor. Pero tuvimos mala suerte. Mis padres se pelearon como nunca (rompieron a gritos un iceberg). Mi abuelo, hombre práctico, aprovechó para morirse. Tras lentas lágrimas de hielo, mi abuela también. Yo me enamoré de una esquimal, que me congeló el alma. El último día, dos alces nos atacaron bajo la nieve. A mi hermana, que les tiró una bota, se le puso azul el pie y tuvieron que cortárselo con un serrucho. Ahora huimos del frío, en dirección al sur, igual que las golondrinas.

19 comentarios:

David Moreno dijo...

Muy bueno javier, quizá mereció mayor obsequio. Por cierto, ya era hora de que aparecieras en rec...

Un saludo indio
Mitakuye oyasin

Anita Dinamita dijo...

Siempre hay un lugar, al norte o al sur al que emigrar, del que irse.
Este relato me resulta divertido y crítico a partes iguales.
Un abrazo

Nicolás Jarque dijo...

Javier, me gustó mucho este relato finalista. Supiste sacarle jugo a la frase y perpetrar un micro con mucho humor. El final lo redondea espectacularmente.

¡Felicidades por la mención!

Un saludo.

Laura dijo...

Enhorabuena por llegar a la final semanal de ReC. Tu micro me gustó muchísimo por toda las imágenes que recreas con cada frase.

Te enlazo en mi entrada semanal de ReC y en mis finalistas de ReC. Pásate cuando quieras por mis palabras.

Encantada de conocerte.
Laura.

PD: Perdona, por si quieres corregirlo, el inicio era, igual que lo hacen las ballenas.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Hoy no pude escuchar el programa, por lo que me entero por los comentarios de tu participación en la final, Javier. ¡Enhorabuena!

Este micro exuda humor en cada línea, un hilo inverosímil, que lo hace grande.

Un abrazo.

Javier Puche dijo...

David, gracias. Me ha gustado la experiencia. Igual re(c)incido.

Anita, no olvidemos el este. Ni el oeste, a ser posible lejano. Otro abrazo para ti.

Nicolás, muy amable. Celebro que te haya gustado la travesura.

Laura, gracias. Visitaré tu página encantado. Sí, he modificado la frase de inicio deliberadamente. La prefiero así. Un beso.

Pedro, me alegra mucho lo que dices. Otro abrazo.

Kate dijo...

¡Muy bueno! Tenía entendido que eran las temperaturas muy altas las que sacaban a la gente de quicio pero, sin duda, esta familia migra en sentido contrario.
Esperaba impaciente leerte otra vez. No te hagas tanto de rogar. Algunos llevamos mal el síndrome de abstinencia...
Un besito

Elysa dijo...

Divertido el micro, con muchas imágenes en un recorrido tan corto pero me gusta como has "bordado2 la frase de inicio.

Besitos

AGUS dijo...

Me gustó mucho, Javier. El destello del abuelo es genial. Y el tono, ese dejarse ir, exquisito. Un micro muy medido.

Abrazos.

Javier Puche dijo...

Kate, las familias siempre están desquiciadas, al norte o al sur. Gracias a ellas, los psicólogos se forran. En cuanto a lo segundo, me agrada provocarte síndrome de abstinencia. Gracias por regalarme tan deliciosa hipérbole. Un abrazo.

Elysa, eres muy amable. Gracias por venir y dejar tu huella.

Agus, pues me alegro mucho. Tus comentarios son siempre un placer. Lo contrario de viajar al Polo Norte. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Si leo esto en imágenes es tremendamente frío, helador.
Besos

Javier Puche dijo...

Mita, esa era en parte mi intención. Celebro haberte helado un poco. Para compensar, te mando un abrazo descongelante.

Javier Ximens dijo...

Además de la lectura de la historia visible, esas malas vacaciones, de las que destaco el tono de la narración, la rotura del iceberg y las lágrimas de hielo, interpreto la historia oculta del drama que puede suponer la emigración a tierras que pueden resultar inhóspitas, el hielo que reciben los emigrantes en los países de destino.

Ester García dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ester García dijo...

Sensación familiar la de huir del frío, volando hacia el sur como las golondrinas... Fabuloso, Javier.

Besos.

Gemma dijo...

Conmocionada quedo ante tanto helor. Menos mal que la familia entera tenía en fin alma de golondrina...
Besos, Javier

Javier Puche dijo...

Ximens, muchas gracias por tu generosa lectura. Un abrazo grande.

Ester, también conozco la sensación, como todo sureño. Me alegra mucho que haya gustado.

Gemma, mejor tener alma de golondrina que de ballena, supongo. Aunque cualquiera sabe. Celebro tu conmoción y tu visita. Un gran abrazo.

Tropiezos y trapecios dijo...

Siempre he preferido el calor al frío; suele ser más amable, aunque si abusas de él acabarás quemado.

Un saludo
Ehse

Anónimo dijo...

Gran micro, Javier, enhorabuena.
Juan Gracia Armendawriz